Aquí un buen aliado para potenciar tu sistema inmune. Una receta sencilla, rápida y sabrosa. El boniato es un alimento ideal, suave y digestivo, protector de las mucosas, rico en provitamina A, minerales y fitonutrientes.
El aceite de oliva, además de aportar sabor, saciedad y grasas saludables, favorece la absorción de la provitamina A del boniato, y le da aún más cremosidad.
Los germinados son un alimento vivo, repleto de enzimas, vitaminas y minerales. Por el proceso de la germinación, están «predigeridos», nuestro organismo aprovecha mucho mejor sus nutrientes, ya que son más biodisponibles. La fibra que ingerimos, es alimento para las bacterias fermentativas de nuestro intestino, aquellas con las que convivimos a través de la ayuda mutua; les damos cobijo, y ellas protegen nuestro sistema inmune. Además, en el caso de las lentejas, a través de la germinación su contenido en vitamina C se multiplica exponencialmente, con lo que favorece la absorción del hierro, mineral en el que son ricas.
Ingredientes
- Un boniato
- AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra)
- Ralladura de 1 limón
- Sal marina
- Lentejas germinadas
Procedimiento
Para el aceite aromatizado, pon la ralladura de un limón en un vaso pequeño y añade aceite de oliva virgen extra hasta llenarlo. Deja reposar un mínimo de dos horas, si es más mejor.
Pela el boniato, lávalo y córtalo en cuadraditos. Cuécelo con agua de calidad (hasta cubrir el boniato). Cuando esté blandito, bátelo con parte del agua de cocción, un poco de sal y un buen chorro de aceite de oliva hasta obtener una textura homogénea. Sirve con lentejas germinadas y un chorrito de aceite de oliva aromatizado.
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