Cuando vivía en Málaga, descubrí las «regañás», y me encantaban. Originarias de Sevilla, son un pica pica hecho a base de harina de trigo refinada y aceite, que se sirve como acompañamiento de diferentes platos o aperitivos. Esta versión, más saludable, es sin gluten y con una harina integral con proteína completa. Cuidado, una vez que empiezas y comes una…querrás más 😉
Ingredientes:
- 1 taza de harina de trigo sarraceno
- 1/2 taza de semillas de sésamo
- Sal marina
- 1/4 taza de AOVE (Aceite de Oliva Virgen Extra)
- 1/3 taza de agua
Procedimiento:
Precalienta el horno a 200º.
Mezcla bien en un bol todos los ingredientes secos, añade el aceite y luego poco a poco el agua. Si ves que la masa necesita más agua, añade más muy poco a poco. Si por el contrario está muy líquida, añade un poco más de harina. Luego divide la masa en dos partes, haz dos bolas. Primero con una de ellas, colócala entre dos papeles de hornear y extiéndela con un rodillo, hasta obtener un grosor de unos 3mm aproximadamente. Luego marca con un cuchillo en pequeños rectángulos para poder cortar bien una vez horneada la masa, y con un tenedor cada regañá. Hornea a unos 150º durante una media hora (cada horno es un mundo, esta información que te doy es orientativa), vigilando que no se quemen. Tienen que quedar crujientes. Cuando estén hechas, sácalas, déjalas enfriar y luego córtalas y guárdalas en un recipiente de cristal lejos de la luz. Son un buen fondo de despensa para acompañar cualquier comida, paté, picoteo…
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